sábado, 14 de mayo de 2011

EL NORTE , HANOI Y HALONG





Hanoi, la capital de Vietnam, ubicada al norte del país  resultó ruidosa, alegre y con un calor húmedo que  sofoca. El aeropuerto de Hanoi era bastante viejo, sin lujos y  el techo se llovía en una parte por lo que no nos dió la mejor impresión. El día que llegamos fuimos al hostel en un taxi-camioneta que regateamos por 20 usd. Al igual que en China, acá en Vietnam también se regatea casi todo. Por suerte el hostel estaba muy lindo, amplio y con aire acondicionado.
Estabamos muertos así que optamos por un paseo" liviano";después de almorzar salimos a recorrer el centro,  que gira en torno a un lago,  compramos alguna chuchería en los puestitos cercanos  y nos fuimos a sentar a una plaza céntrica. El tránsito en Vietnam es un kilombo, cientos de motos, cuando el semáforo queda en rojo se acumulan en los semáforos como hormigas. Cruzar la calle es todo un desafío, las motos te esquivan pero no paran. Al principio no nos animabamos a tirarnos solos a cruzar y lo hacíamos escudandonos en algún local, je. 
Me costó adaptarme al clima de la ciudad,creo que me bajó la presión por eso  el día que llegamos sólo pensaba en que se hiciera la noche para poder dormir con el aire acondicionado del hostel. Además estaba un poco traumada con el tema de los mosquitos y la malaria, me bañaba en  repelente cada rato. Sin embargo, a medida que pasan los días uno se empieza a despreocupar  del asunto y piensa ,  si me  pica, me pica y ta.
En el mismo hostel contratamos una excursión a la bahía de Halong que salía al otro día bien temprano.Consistía en dos días y una noche en la bahía a bordo de un barquito "deluxe", incluyendo comidas típicas, guía en inglés, kayak y visita a una caverna dentro de la bahía. El trayecto hasta el puerto fue bastante pesado, ya que fueron unas tres horas en ómnibus, donde viajamos bastante asinados y con un aire acondicionado que no impedia que nos asaramos dentro del bus.  Allí el guía que nos había acompañado se despidió y vino otro cuyo inglés era realmente malísimo, no tanto por desconocimiento del idioma sino por la pronunciación. Gesticulaba tanto que parecía un monito, en todo el recorrido creo que le entendí como cinco palabras "halong bay", "dragon" y sus dos preferidas " estalactaits y "estalagmaits" (haciendo referencia a las conocidas formaciones rocosas).


 Yo no había leído nada de la bahía,  de cómo dice la leyenda que se formó, de la explicación científica, nada.Solo había visto algunas fotos en internet por lo que la sorpresa fue aún mayor. La verdad  es que un paraíso. La bahía de Halong, fue declarada hace pocos años Patrimonio de la Humanidad,  esta al noroeste de Vietnam y se compone de un conjunto de islas,más grandes y más chicas, algunas de ellas con grutas en su interior, rodeadas de un mar increíble y manso. 
El barco que nos llevó a la bahía fue casi exclusivo para nosotros,eramos 7 uruguayos y 2 muchachas vietnamitas muy particulares que se sacaron, según nuestro cálculo unas veintemil fotos en el correr de la estadía. A los pobres marineros  del barco los atomizaron para que les sacaran fotos posando de todas las maneras posibles. 
Que les puedo decir del barco,es el vehículo más lujoso en el que he viajado. Teníamos camarotes de 2 y de 3 personas, con baño privado, aire acondicionado y una tremenda vista al mar.En el mismo piso había un comedor y una barra  y arriba , en el techo del barco, un lugar donde podíamos tomar sol a discreción  y disfrutar de la maravillosa vista. Apenas subimos al barco nos esperaron con un jugo de bienvenida y el almuerzo casi listo. Comí cosas que en Uruguay jamás me hubiera decidido a probar, langostinos, pulpo, tofu, pescados varios y cuanta cosa me pusieron adelante. 
El trayecto hacía la bahía fue un placer, desde el techo del barco, panza arriba, acercándonos lentamente a la bahía, contemplando los fiordos. Solo agua, cada vez más verde y montañas que emergían desde adentro, imponentes.
En determinado momento nos detuvimos y nos bajamos del barco para meternos dentro de una de esas montañas que sobresalían sobre el agua. Adentro se habría una caverna grandísima, fresca, oscura, iluminada solo en algunas partes por unas lucecitas artificiales que permitían ver todo tipo de formas en el techo, en las paredes, en el piso. Kenny, nuestro guía, nos iba explicando lo que significaban cada una de las formas que ibamos viendo, aunque a varios nos parecía que nos estaba inventando lo primero que se le ocurría, en una nos dijo por ejemplo que una de las rocas era un dragon tomando cerveza. Lo único que le entendí fue estalactaits y estalagmaits, dos de sus palabras favoritas, que hacían referencia a la forma de las rocas de la caverna. El pobre Kenny le ponía todas las ganas pero era un queso con el inglés.
Después de la visita a la caverna nos fuimos a andar en Kayak por la bahía. Con mi compañera de remos nos asustamos un poco al principio, dadas nuestras altas chances de darnos vuelta en la débil embarcación, pero después le agarramos la mano y dimos unas cuantas vueltas alrededor de los gigantes de piedra, remando en esas aguas hiper tranquilas. La media hora que teníamos prevista para la actividad se nos pasó volando.
Después del Kayak vino el chapuzón, y debo confesar que no me animé. Todos se tiraron del techo del barco, que eran más o menos 6 metros de altura y me insistieron para que lo hiciera, pero el vértigo y la profundidad del agua pudieron más y no me animé. Igual la vida me dió revancha, ya les contaré más adelante.
El atardecerer y la noche en el barco fueron espectaculares, lentamente se iban prendiendo las luces de los barcos cercanos, mientras que el sol se iba ocultando.  No había casi ruidos, apenas unas pocas luces que te permitian ver el contorno de las montañas. En la noche se podía pescar; creo que se llama pescar en la encandilada,aunque no estoy segura. Nosotros en cambio preferimos quedarnos a disfrutar del cielo estrellado y una cerveza fría en el techo del barco. 
Bueno,espero no haberles generado demasiada envidia al leer estas lineas pero realmente es un lugar que recomiendo cien por ciento. En breve les cuento más de los siguientes destinos.

1 comentario:

  1. Gracias Maria Ines,por hacerme participar de tu alegría. Sois toda una periodista, segui disfrutando.
    "Carpe diem"

    Schubert

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