miércoles, 22 de junio de 2011

TURISMO “AVENTURA”: CHITWAN Y POKKARA.



En el camino hacia Chitwan nos detuvimos e hicimos rafting(aclaro que todos en mi bote éramos principiantes). Antes de subirnos a cada bote recibimos las instrucciones: que significaba cada orden, como agarrar los remos, como  sentarnos, que hacer en caso de que el bote se de vuelta o se caiga alguno, etc. El rafting duró 3 horas pero se pasó volando. El instructor era un crá, conocía el río a la perfección, y además se notaba que disfrutaba su trabajo. Para alegría mía (y disgusto del resto) no nos dimos vuelta ni nos caímos fuera del bote. Al final del recorrido ibamos cantando canciones y agitando los remos en el aire, estuvo muy bueno.
Después de eso fuimos al hotel, un hotel mediano, muy lindo. Por lo que se veía, el pueblito depende mucho del turismo, ya que vimos gran cantidad de hoteles en relación al tamaño del pueblito. Por las calles circulaban en igual proporción vehículos y elefantes. Caminamos hasta la orilla del río que quedaba a unas cuadras del hotel y llegamos para ver un  atardecer, pudimos ver incluso un elefante tomando un baño mientras se ocultaba el sol, uno de los tantos que veríamos en Chitwan.
Al día siguiente nos “internamos” en la jungla, dentro del mismo parque, en una parte donde la vegetación es bastante espesa, todo esto a lomo de elefante. Yo iba con Mauge, Nacho y Fer sentados en una especie de canasto colocado sobre el lomo del animal con los pies colgando. Un guía le daba instrucciones al elefante que a nosotros nos resultaban totalmente incomprensibles pero que el animal cumplía a la perfección.
 La inteligencia de estos animales es increíble, por ejemplo cortaba ramas y las usaba a modo de abanico para auyentar a los insectos, para comer vegetación sin tierra, arrancaba pastos y luego los agitaba con la trompa hasta sacarles toda la tierra. Pudimos ver rinocerontes, ciervos y monos (siempre el guía lo vía primero y no indicaba donde mirar), siempre con el sonido de fondo de la selva. Cruzamos incluso un riachuelo donde había un cocodrilo.
 El “safari” fue un  disfrute total, salvo por el acecho de toda clase de insectos (desde los conocidos tábanos hasta otros que no tengo ni  idea), que nos molestaron un poco en el paseo.
Ese mismo día nos bañamos con los elefantes en el río, previa subida “en pelo”; yo estaba en la gloria, tal es así que me subí 2 veces.  Es increíble como esa mole de no se cuantos kilos se echa para que puedas subir y se levanta suavemente. Son animales súper dóciles y adiestrados prácticamente desde que nacen, y por los visto les encanta el agua.
Además anduvimos en canoa- si se le puede llamar así a un tronco aguecado con unos banquitos adentro-. El que guíaba el bote iba ´parado o en cuclillas en la popa de la precaria embarcación. Tenía tan poca estabilidad que cada vez que el hombre remaba parecía que nos ibamos a dar vuelta. No llegamos a ver cocodrilos pero otro grupito que viajaba en otra canoa, tuvo un encuentro cercano con un cocodrilo que quedó para el recuerdo.
Otro paseo que hicimos dentro del parque fue la visita a un criadero de elefantes. Aquí se reproducen y se crían elefantes con el fin de generar “mano de obra” animal para trabajar en parques nacionales y otras actividades; básicamente hay hembras con sus crías, ya que los machos necesarios para la reproducción son salvajes y se acercan al criadero a “realizar su trabajo” y luego se van. Pudimos ver un elefante bebé de 29 días y elefantitos de 3 años muy pero muy lindos.
Perdonen si los aburrí hablando de la fauna de Nepal pero soy bastante bichera.
Del parque nacional de Chitwan nos fuimos a Pokkara para hacer el trekking (que sería algo así como caminata en español) en la montaña y pasar la noche allí. Ya desde la llegada a la ciudad  pudimos ver montañas altísimas
El guía nos explicaba que para ellos montañas son solo  las elevaciones que tienen picos nevados. Es que en este país chiquito están 8 de los 14 picos más grandes del mundo. Para nosotros el más insignificante de sus picos nos parecía una tremenda montaña.

El trekking fue intenso; al principio fueron escaleras y caminos medianamente empinados pero luego se puso más complicado, sobre todo porque el cansancio nos iba ganando. La vista se iba poniendo cada vez mejor. Aunque parezca mentira, vivía bastante gente en todo el trayecto que hicimos. Los niños se nos acercaban a saludarnos, a pedirnos que les sacaramos fotos o que les regalaramos lapiceras o caramelos. Es increíble la capacidad de la gente de adaptarse a vivir en lugares tan inóspitos como este.
 Subimos más de 700 metros en un poco más de 2 horas.
El cansancio y la fatiga valieron la pena; pasamos la noche en la montaña, durmiendo en  carpas y al otro día nos levantamos bien temprano para ver el amanecer y poder contemplar los picos nevados.
Un dato que me impacto es que Nepal es el segundo país con mayor cantidad de agua dulce del mundo después de Brasil….El potencial de este país en cuanto a recursos naturales (y a actividad turística) me dejó de boca abierta. Llama la atención como tanta riqueza en cuanto a recursos y tanta pobreza puedan convivir al mismo tiempo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario