Al igual que lo que me sucedió con India, me parece que pesaron mucho en mí las expectativas sobre este destino. El entornó en si me resultó atractivo, caminar entre las ruinas, en esa tierra desolada, desértica, tierra que me imaginé muchas veces desde que en la escuela estudiábamos las civilizaciones antiguas y sus obras…. Cuando era chica me imaginaba que hasta ahí sólo llegaban los arqueólogos o Indiana Jones,. Pero las pirámides concretamente no me resultaron lo impactantes que imaginé aunque se que para la época deben haber sido realmente magníficas.
Un par de cosas empañaron la visita, por un lado el acoso de los vendedores y por otro lado el apuro de los guías.
En las pirámides tuve mi primer episodio violento con un vendedor. Si bien ya nos habían advertido de que eran bastante insistentes y que tuviéramos cuidado a la hora de comprar con el cambio y los precios, no pensé que fuera tan grave. Apenas nos bajamos nos empezaron a acosar los vendedores y los paseadores para darnos una vuelta en camello. El hombre primero se acercó y me puso un turbante en la cabeza, el cual rechazé y el me dijo “regalo regalo”.Después me dijo si quería subirme a uno y ante mi negativa me dijo “okey, no subir, foto camello, solo foto, no subir”, me llevó con el al lado del camello y de golpe me agarró cual recién casados y me subió al camello, sin que yo tuviera oportunidad de chistar. Pensé que eso era todo, en seguida le ordenó al camello que se levantara. Yo me empezaba a poner nerviosa. Quería llevarme para un lugar apartado, atrás de la pirámide y me hacía señas para que le pagara. Entonces le pedí que me bajara, que no le pensaba pagar hasta que me bajara. El tipo insistió y yo insistí más. Además de todo eso le pedía la cámara de fotos a mi amiga, suponemos que a modo de garantía. Finalmente le ordenó al camello que bajara y ahí me baje. Me preguntó que moneda tenía y luego me pidió 200 libras egipcias (unos 33 dólares). Yo me negué a pagar no solo porque era un robo sino sobre todo porque ya había intentado sacarle la cámara a mi amiga y además porque tenía miedo que cuando sacara los billetes me los sacara todos juntos.
Ahí empezó la persecución. El tipo nos persiguió a mi amiga y a mí y me dijo una sarta de cosas en árabe hasta que nos metimos a una de las pirámides y lo perdimos de vista. Fue un feo momento que quedará para el recuerdo.
En cuanto a los guías (y me parece que en cuanto a los egipcios en general) no me gustaron para nada en un principio. Son bastante acelerados para hablar, impacientes y son brutos a la hora de tratarte, y concretamente con las mujeres son bastante soretes y atrevidos. Los guías siempre están tratando de imponerte que hagas esto y lo otro de tal o cual manera, de manera media autoritaria.
Una cosa que me hizo enfurecer y que pareció muy Uruguaya en cierta forma, es que los tipos buscaban hacerse el día contigo, es decir, compensar la gran caída del turismo que ahora tienen cagándote de cualquier manera, con el precio, con el cambio, con la calidad o la cantidad del producto, etc. Cuando ibas a comprar algo, muchas veces te decían un precio tan disparatado que no te daba ni para regatearlo y te ibas caliente. Nos pasó con todo, desde el agua hasta los regalos.
Con las mujeres son bastante babosos , te dicen todo lo que saben en español como “bela”, “culo”, Shakira”y cuando se les terminan las palabras en español te dicen vaya a saber que en árabe. Nos recomendaron que no saliéramos solas de noche y que en lo posible nos taparamos las piernas y los brazos. El primer día lo hicimos pero, como igual nos decían cosas optamos po no pasar calor.
El recorrido de Egipto lo hicimos casi todo en crucero a través del Nilo, que es como la columna vertebral del país. Estuvo muy bueno y nos sirvió para reponer energías; a bordo básicamente tomábamos sol, comíamos y dormíamos. Solo gastábamos un poco de energía en los paseos que nunca duraban todo el día, sino una mañana o una tarde visitando las principales atracciones. Las aguas son sumamente tranquilas y bastante cristalinas. El río le da vida al país, gracias a las presas que se han construido a lo largo del río se han podido ampliar las zonas cultivables pero de todas maneras predomina el desierto en la gran mayoría del país. A lo largo del recorrido muchas veces se puede ver una franja costera, verde, cultivada, o con árboles y pocos metros más atrás el desierto.
Bueno, dicho así parece que Egipto fue una cagada; en realidad tuvo cosas buenas.
Por ejemplo varios templos son muy recomendables, como el templo de Karnak,en Luxor (la antigua Tebas). Lo visitamos dos veces, de noche primero, con un espectáculo de luces y sonido y luego de día. Cuando vimos el espectáculo de la noche jugó a nuestro favor, que no había otros turistas más que nosotros. Realmente sentí que me transportaba a otra era.
Una cosa que yo desconocía y que me parecío increíble fue el rescate de los templos que se hizo cuando se construyó la segunda presa de Asuán para la creación de un lago artificial conocido como lago Nasser. Cuando en 1970 se construyó esta presa, muchos templos y monumentos antiguos corrian peligro inminente de ser tragados por el agua para siempre. Un caso son lo templos de Abu Simbel, al sur de Egipto, que fueron cortados pieza por pieza y restaurados en otro sitio seguro a salvo de las aguas.
También está bueno el museo del Cairo hay infinidad de reliquias de la civilización egipcia a pesar de todos los saqueos que sufrieron las tumbas y los templos durante miles de años. Pudimos contemplar, después de algunos incidentes , lo que a mi me pareció lo más impactante de todo: los cuerpos momificados de algunos faraones, entre ellos Ramses II o el de Hatchetsut, la única mujer que gobernó como faraón. Es increíble el estado de conservación de todos ellos, pues aún mantienen pelos, dentaduras casi enteras, uñas.
En Egipto están en este momento en una situación coyuntural, después de muchos años de dictadura de Mubarak. Están en una etapa de transición, donde todavía no tienen un presidente electo ni una nueva constitución. Nos explicaban que hay continuas manifestaciones y disturbios debido a que la gente se siente ahora “liberada” y con ganas de manifestar.
Donde pudimos notar algo de esa tensa calma fue en el Cairo, en el resto del viaje no nos dimos ni cuenta de la situación ya que estar en el Crucero fue como meternos en una burbuja. Cuando volvimos al Cairo debimos cambiar de hotel porque se preveían manifestaciones frente a nuestro hotel. En donde más se nota la situación poco estable del país es en el turismo, que nos han dicho es la 3era fuente de ingresos del país y lo que explica un poco (aunque no justifica) el acoso de los vendedores.
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