Fuimos descubriendo el encanto de Bélgica sobre la marcha. Un país pequeñito,pero precioso,lleno de villas, pueblitos y casas de campo. Todo con un aire antiguo y campestre.
En el trayecto de París a Brujas pasamos por un montón de pueblitos o caserios, no dejabamos de comentar que distinto era del interior de Uruguay, donde a veces pasaban kilómetros y kilómetros sin que vieramos una casa o un pueblito. Eso si, la mayoría parecían pueblos fantasmas, no había gente en las casas, todas las persianas bajas, las luces apagadas, sin gente en las calles. Especulabamos que porque para ellos es verano y muchos están de vacaciones, viajando por ahí.
Primero visitamos Brujas, luego a sugerencia de
Tommy,la persona que nos hospedó en Bélgica, visitamos Gante o Genth, una ciudad de la que nunca habíamos oído antes y que nos quedaba de pasada a nuestro siguiente destino.
En Gante, llegamos justo a un festival, y después de un rato nos enteramos que era con motivo del día de la independencia. Las calles estaban repletas de familias y en el centro de la ciudad había un concierto y espectáculos callejeros de lo más variados.
Con Vale subimos al mirador de la iglesia de San ......, iglesia donde fue bautizado el emperador Carlos V; la ciudad me parecío todavía más linda desde arriba; con una panorámica de todos sus castillos, iglesias y casas típicas y sus canales atravesando la ciudad.
Finalmente fuimos a Aalst, una "pequeña" ciudad entre Brujas y Bruselas, donde nos hospedamos en la casa de una persona que contactamos a través de internet (este asunto se llama couchsurfing). En Europa este sistema es muy popular y tiene miles de miembros que ofrecen sus casas para alojamiento o que buscan hospedaje en distintas partes del mundo.
Quiero contar un poco de esto como una experiencia doblemente beneficiosa. Por un lado nos estamos ahorrando el alojamiento en varios lugares, dado que nuestro presupuesto viene bastante apretado y por otro lado estamos conociendo no solo los lugares, sino que tenemos la oportunidad de interactuar más profundamente con los "nativos", recibir consejos y de paso aprovechar los beneficios de quedarse en una casa, como por ejemplo usar internet, lavar ropa, etc.
Por ahora estamos copadísimas con esta experiencia.
En Aalst,Tommy, nuestro primer "couchsurfing" nos esperaba con cervezas, papas fritas y luego nos llevó a dar una vuelta por la ciudad, su pequeño centro, el parque y finalmente fuimos a tomar una de las típicas cervezas belgas (una entre tantas de las cientos de variedades que tienen). Por supuesto no nos dejó pagar.
Nos contaba que ellos vuelcan entre 40 y 50% de sus ingresos en impuestos pero la cobertura social es muy amplia; nos decía que el mayor problema que tienen es la inmigración; los inmigrantes son un porcentaje considerable de la población, sobre todo en las grandes ciudades; nos decía que lo único malo de vivir en Bélgica era el clima, generalmente húmedo, frío y lluvioso.
Lo que más asombra de estos países es el grado de confianza que tienen estas personas en sus huéspedes y a la hora de ofrecer su casa. En eso nos separa un abismo. El día que nos quedamos en lo de Tommy el se fue de mañana a trabajar y nosotros nos quedamos armando los bolsos con total disposición de su casa....igualito que en Uruguay, jeje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario