Es una ciudad de una historia muy rica y con una manera muy peculiar de ver las cosas y que sin duda tiene que ver con todo lo que ha vivido. Muchos acontecimientos históricos que estudiamos en el liceo tocaron de cerca o tienen que ver con esta ciudad. Esta cuidad (y el país) no escapó a las pestes, a la expansión colonial y sus abusos, a las guerras entre católicos y protestantes ni al holocausto judío. Hicimos un free tour como el que hicimos en París, pero este tuvo el plus de que fue muy divertido. No solo por la gallega que lo daba, que era un show, sino por el montón de anéctodas graciosas o singulares que la ciudad encierra.
El tour fue super completo, la ciudad lo permitía porque se puede recorrer practicamente de punta a punta caminando. Es pequeña y casi todas las atracciones están en un entorno relativamente pequeño.
Me quedé con ganas de conocer la casa de Anna Frank, ahora convertida en museo, estuve en la puerta pero entré, no sólo por la cola que había sino para no pagar los 8 euros que salía la entrada.
En esta ciudad pagamos el parking más caro del mundo: unos 5 euros la hora (con razón es la ciudad de las bicicletas).Es una ciudad llena de canales y por lo tanto de puentes que conectan ambos lados. Esto ha sido una postal común en casi todas, por no decir todas las ciudades de europa. Las ciudades se han construído o han crecido todas a ambas márgenes de un río lo que les da un encanto especial.
La ciudad ha tenido a lo largo de los siglos una lucha constante contra el agua, ya que se encuentra en una zona pantanosa.De ahí que se llamen Países Bajos, cuando en realidad no son varios países, sino un conjunto de "tierras bajas", donde el terreno se mueve mucho, por lo que muchas construcciones deben ser continuamente vigiladas y apuntaladas por el ayuntamiento para evitar que se arruinen o directamente se derrumben.
A su vez, muchas casas están inclinadas hacia adelante. La explicación es económica, antes se cobraban impuestos según el ancho de la fachada de la casa o el apartamento que se tuviera, por lo que las casas se construyeron muy angostas y con escaleras muy empinadas, por lo que las mudanzas o amoblamientos debían hacerse, y se hacen actualmente, necesariamente por las ventanas. Entonces para evitar que los muebles se chocaran contra la fachada, se hacían las paredes inclindas hacia adelante.
Visitamos el barrio rojo, una de las partes más bizarras de la ciudad. Allí las mujeres están en una especie de vitrina, como animales en exposición; y tal como en una exposición hay para todos los gustos: flacas, gordas, latinas, asiáticas, de todo. Parece que el barrio rojo existe hace muchísimos años y que ya desde hace siglos los marineros venían a calmar sus ansias con las lugareñas. A metros de la zona hay una iglesia, y la historia dice que el cura lejos de horrorizarse había transformado la prostitución en un negocio, cobrando por el perdón de los parroquianos, o sea vendiendo los indultos, incluso por adelantado. El que quiera visitar el barrio rojo que se apure porque parece que el gobierno quiere cerrarlo dentro de poco tiempo.
También pasamos por varios coffee shops, lugares donde se pueden consumir hongos y marihuana, y que también son una expecie en extinción.
Surgieron como una respuesta del gobierno ante la cantidad de drogadictos que había en la ciudad en la década del 60 y 70. Las drogas en especial, las drogas duras como la cocaína y la heroína, estaban generando muchos problemas en la ciudad por lo que las autoridades decidieron enfocarse en atacar las drogas duras y permitir el consumo de drogas blandas en lugares específicos....y funcionó. Actualmente es uno de los países con menor índice de consumo de drogas dentro de la población. Pero esto generó otro problema, la gente empezó a venir a Amsterdam porque se podía consumir drogas blandas. A pesar de que uno de los mayores ingresos de la ciudad es el turismo, en particular debido a estos aspectos liberales, parece que la gente de la ciudad está cansada de que los tuistas vengan por estos motivosy quieren darle otro tono más cultural a la ciudad.
Sucesivamente se le han ido imponiendo restricciones e impuestos a dichos locales, por lo que han ido cerrando paulatinamente.Por ejemplo, dentro del local de venta, no pueden tener más de cierta cantidad de marihuana, cantidad que es irrisoria para la cantidad de gente que acude, por eso, en un fin de semana se termina en seguida. Eso obliga a los dueños de los coffee shops a llamar a una especie de "deliberies de marihuana" para que los abastecan, pero estas personas no pueden circular legalmente, por lo que si los atrapan con droga son confiscados.
Otro aspecto interesante de la ciudad en particular, y del país en general, que también atrae turistas es su tolerancia y su respeto a la diversidad. Las banderas con los 7 colores están por toda la ciudad, y explicitamente existe un monumento,el homonument, a los homosexuales que han sido perseguidos por su condición sexual, en forma de triangulo rosado, haciendo alusión al triangulo rosa que tenían que usar los homosexuales durante el nazismo.
Como dijo la gallega que nos tocó de guía, si hay algo que saben los holandeses es reconocer sus errores ,hacerlos públicos y pedir perdón.
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